El agente de Cipol
Cuando yo era pequeño, había dos series de televisión que no me perdía por nada del mundo, Misión Imposible y The man from UNCLE, rebautizada en el doblaje sudamericano de la época como El agente de CIPOL, que eran las siglas, si no recuerdo mal, de Comando Internacional Para la Observancia de la Ley (durante bastante tiempo, aunque la serie ya había acabado, en muchas empresas se utilizaba para la credencial que había que lucir obligatoriamente, sobre todo en TVE, el término Cipolín). El agente de CIPOL no duró demasiado (cuatro temporadas, entre 1964 y 1968), pero pasó a la historia de la televisión. La protagonizaban Robert Vaughn (1932 – 2016), en el papel del refinado, pero convencional, Napoleon Solo, y David McCallum (Glasgow, 1933 – Nueva York, 2023), como el agente ruso, moderniqui y casi pop Ilyia Kuriakin, quien no tardó mucho en superar en popularidad a su compañero de serie y supuesto protagonista por su inusual aspecto (entre las greñas y la cara de ruso, su presencia imponía). Yo también fui fan de Ilya Kuriakin, aunque hay que reconocer que su carrera cinematográfica no fue gran cosa. Nos dejó hace unos días y los más jóvenes lo recordarán por su participación en la serie NCIS (2003), como el doctor Donald Mallard, alias Ducky (Patito).
La pareja Vaughn – McCallum funcionaba y la serie, o así la recuerdo, era muy entretenida y un poco en la línea de otro hit de la época, I spy (Yo soy espía), protagonizada por un blanco, Robert Culp, y un negro, Bill Cosby (que acabó sumido en la ignominia por sus abusos sexuales después de representar durante décadas el papel social del Gran Padre de Familia Americano). Generó, además, ocho largometrajes que recuerdo haber visto en cines de barrio de programa doble de ésos que hace tiempo que no existen.
¿Era el señor McCallum un buen actor? La verdad es que nunca me paré a pensarlo. Para mí, siempre fue el agente Ilya Kuriakin y no había quien me sacara de ahí. Hasta que fue repescado por la televisión por NCIS, tuvo un recorrido cinematográfico tirando a discreto (yo creo que la última vez que salió en la prensa fue cuando Charles Bronson le levantó a su mujer, Jill Ireland). El hombre intentó otros oficios y llegó a grabar algunos discos en los años 60, como A bit more of me (1966) o It's happening now (1967), que no lo petaron precisamente en las listas de éxitos, aunque le proporcionaron una demorada alegría y algo de lucro: su tema The edge fue sampleado por los raperos Dr. Dre y Snoop Dog para su hit The next episode, con la consiguiente entrada de inesperada pasta.
Puede que su principal logro fuese introducir en la televisión de los años 60 al primer espía pop de la historia (James Bond nunca soportó a los Beatles, como recordamos sus fans, que se lo perdonamos enseguida), un personaje insólito en el medio a cuya eficacia contribuía enormemente la extraña pinta de nuestro hombre (aunque era más feo que Picio, las adolescentes norteamericanas lo encontraban irresistible).
Descansa en paz, querido Ilya Kuriakin.