El uso político que la ANC ha hecho de la Cámara de Comercio de Barcelona se ha agravado por la pugna partidista de las elecciones en marcha. Las candidaturas de Eines de País y Va d'Empresa no han ayudado a disipar el clima de extrema politización que sólo daña la institución. Si los empresas no ven útil a la entidad económica, se convierte en un ente irrelevante.