Es evidente que existe un problema de acceso a la vivienda, especialmente en ciudades con alta demanda y limitada oferta de inmuebles como Madrid o Barcelona. En consecuencia, los precios de los alquileres se han disparado. Sin embargo, la solución no pasa tanto por poner obstáculos a los propietarios de entre cinco y diez fincas como por impulsar medidas efectivas como incrementar la inversión pública en pisos sociales y facilitar la construcción de nuevas unidades residenciales.

Noticias relacionadas