Puigdemont sigue sin mover un solo dedo para facilitar la investidura de Pedro Sánchez. Sabe que el tiempo corre a su favor, pero permanece impasible ante los movimientos que se producen en Madrid. Solo se preocupa por sí mismo y porque Junts vuelva a liderar el movimiento independentista, desbancando así a una ERC en horas bajas. Prefiere bloquear todo el país e, incluso, forzar la repetición electoral si sabe que así puede salirse con la suya.