Carles Puigdemont no engaña a nadie. Las elecciones del 23J le han dado un inesperado resurgimiento y, puestos a pedir, exige amnistía y autodeterminación, fiel a sus ideas. Sin embargo, le falta realismo y debe aceptar que, con esta postura, España va directa a la repetición electoral. Y puede que a él ese escenario le vaya mucho peor.