El aeropuerto de Barcelona-El Prat ha recuperado parte de las rutas internacionales previas a la pandemia y opera a pleno funcionamiento a las puertas del verano de la recuperación del turismo. 

La infraestructura está al máximo de su capacidad. Por esta razón, la Generalitat de Cataluña debe abordar sin apriorismos ni electoralismos el debate y planificación sobre su ampliación. Seguir con el bloqueo no lleva a ningún sitio.