La consejería de Empresa y Trabajo de la Generalitat ha dado el disparo de salida a las elecciones a las 13 cámaras de comercio catalanas, que tendrán lugar en septiembre. Lo que debería ser una votación empresarial más ya ha tomado el camino del choque y la confrontación. El independentismo más radical de la ANC se juega su permanencia en la Cámara de Barcelona, la única institución de la que lograron tomar el control en la marea amarilla que se inició en los momentos álgidos del procés.
El conseller Roger Torrent camina en terreno pantanoso y todos los pasos que dé en este sentido son carnaza de demanda judicial. La Generalitat tiene que ser exquisita al convocar y tutelar las elecciones. Por ahora, ERC hace equilibrios.