La intransigencia de Plataforma per la Llengua es un obstáculo para la llegada de estudiantes extranjeros, esto es, para la captación de talento en Cataluña.

Las imposiciones lingüísticas de la autodenominada "oenegé del catalán" provocan conflictos gratuitos. Poco aporta esta entidad, al servicio de la causa independentista y generosamente subvencionada por la Generalitat de Cataluña y otras administraciones públicas, a la internacionalización de las universidades catalanas.