David Madí está nervioso. Sus declaraciones en RAC1 así lo demuestran. Investigado por la Audiencia Nacional por el caso Ambulancias, el exdirigente de Convergència (CDC) se defiende con el insulto. Atacar a Crónica Global por destapar este presunto tráfico de influencias empequeñece a Madí. Pero lo más obsceno es que, en un ejercicio de banalización absoluta de la violencia contra las mujeres, se haya comparado con las víctimas de violaciones grupales. Ha caído muy bajo.