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En lo que va de año han muerto siete personas sin techo en Barcelona, la última esta semana mientras dormía al raso en el barrio de Sants. La Fundación Arrels, que se encarga de la atención a las personas sin hogar, también garantiza el acompañamiento de aquellos que no tienen recursos incluso después de su muerte. Asisten a los funerales de beneficencia y celebran una ceremonia, aunque "atípica", para reivindicar y dignificar su existencia. Además, desde 2016 celebran un homenaje anual para recordar a todas las personas sin hogar fallecidas durante el año anterior en la ciudad.