¿Resbalón o error garrafal del consejero de Territorio de la Generalitat? Juli Fernández propuso ayer desterrar a las aerolíneas low cost del aeropuerto de El Prat. Una excentricidad incomprensible no solo porque estas compañías suman el 70% de pasajeros del aeródromo catalán, sino porque en el resto de grandes aeropuertos internacionales conviven sin problemas los vuelos intercontinentales con los de rango corto y medio que cubren las flotas de bajo coste.
El conseller debería centrarse en la propuesta para ampliar la tercera pista de El Prat en vez de ponerse creativo en gestión aeroportuaria.