La voz del ska
Nos ha dejado el cantante británico Terry Hall (Coventry, 1959) a la temprana edad de 63 años, y no ha sido por voluntad propia, sino a causa de un cáncer de páncreas (intentó suicidarse en 2004 y fue diagnosticado posteriormente como maníaco depresivo). Terry Hall fue, en el cambio de década de los 70 a los 80, la voz principal de un grupo glorioso, The Specials, que solo llegaron a grabar un par de elepés, pero fueron lo más notable del revival del ska (una especie de reggae acelerado especialmente estimulante, incluso para aquellos de nosotros a los que el reggae siempre ha aburrido un poquito, y que me perdonen los fans de Bob Marley y hasta los de Haile Selasie) que tuvo lugar en el Reino Unido por esa época (sin olvidarnos de The Selecter, The Beat y, sobre todo, Madness, aunque estos siempre tuvieron un pie en el vodevil, entendido a la manera británica, que no tiene nada que ver con lo que en el continente consideramos como tal). Mezcla de blancos y negros involucrados claramente en la escena antirracista, los Specials fueron un genuino soplo de aire fresco que duró lo que duró porque su líder, el teclista y compositor Jerry Dammers era como era y se comenta que no resultaba muy fácil de aguantar (parece que le daba al frasco con exceso, adelantándose al gran Shane McGowan, líder de los Pogues, a la hora de quedarse sin dientes). Fue una pena que se disolvieran los Specials porque de su primer disco, Specials (1979) al segundo, More Specials (1980) se registra una evolución fascinante que podría haber llevado a nuevos productos que nunca se llevaron a cabo (aunque Dammers, al frente de la formación The Special AKA, se marcara un hit con Free Nelson Mandela, que se convirtió en un himno contra el apartheid sudafricano).
Junto a otros dos miembros de los Specials, Lynval Golding y Neville Staples, el señor Hall formó el grupo Fun Boy Three, que no duraron mucho, pero sí lo suficiente para petarlo con una canción estupenda, The lunatics have taken over the asylum, que me serviría años después como cita con la que abrir mi libro El manicomio catalán (2013). Vinieron después esfuerzos que no llevaron a ninguna parte, con grupos como The Colourfield o Terry, Blair & Anouchka. El dúo Vegas, que formó con Dave Stewart, de los Eurythmics, solo publicó un álbum que no compró casi nadie. Ya en solitario, Terry Hall grabó dos discos, Home (1994) y Laugh (1997), también con ventas muy decepcionantes. Finalmente, resignado a pasar a la historia como el cantante de los Specials, el hombre reformó el grupo (sin el al parecer intratable señor Dammers) y grabó un par de discos que tuvieron muy buenas críticas y unas ventas muy decentes. Si no me equivoco, la muerte le ha pillado trabajando en un nuevo álbum de los nuevos Specials, que no estaban nada mal, pero no tenían ni punto de comparación con los originales, que fueron, por cierto, una de las bandas favoritas del difunto Francisco Casavella.
Tras imponerse, más o menos, a los demonios de la depresión, el señor Hall se nos ha ido por culpa de un cáncer. Me alegró la vida cuando yo tenía 23 años y eso es algo que le agradeceré eternamente.