Cataluña necesita unos nuevos presupuestos de la Generalitat para 2023. Y también que Pere Aragonès deje atrás su orgullo identitario y sea consecuente con las palabras que pronunció en un reciente homenaje al asesinado Ernest Lluch. El presidente catalán abogó por el diálogo incluso en las circunstancias más adversas. Esperemos que sea premonitorio.