El cónsul de China en Barcelona ha arropado esta semana a un negocio de esta comunidad en la Ciudad Condal, algo que entra en sus competencias. 

Eso sí, Jingyang ha visitado uno de los comercios señalados por actuar también como una presunta comisaría ilegal en la capital catalana, una de las nueve que, supuestamente, operarían en España. 

El legado no esperó a que termine una investigación del Ministerio del Interior sobre la cuestión, lo que supone una descortesía diplomática con las leyes nacionales. Se impone aclarar el asunto.