El Barça se despide de la Champions a las primeras de cambio por segundo año consecutivo, pese a que esta temporada el club se ha gastado un dinero que no tenía para hacerle un equipo a medida a Xavi Hernández. El técnico de Terrassa tiene las ideas claras, pero su método no ha funcionado en Europa. Se justifica con la mala suerte, los dudosos arbitrajes y la inusitada dureza del grupo, excusas de mal perdedor, pero detrás de esas palabras se esconde el fracaso.