La ruptura de Junts con ERC se empezó a fraguar cuando los republicanos la dejaron fuera del Govern y la pusieron al frente del Parlament, lo que Laura Borràs consideró un premio de consolación y así lo hizo saber de forma pública. Desde entonces, ha trabajado para erosionar la coalición independentista con momentos estrella como cuando dio el turno de palabra a un diputado de “Esquerra repel·lent” (Esquerra repelente) en la Cámara catalana.
Consideró una afrenta frontal que sus socios, junto a PSC y la CUP, le aplicasen la normativa parlamentaria y la apearan de su cargo público con la apertura de su juicio oral por corrupción y ha hecho toda la campaña posible para que las bases de Junts apostaran por la ruptura del Ejecutivo catalán. Incluso con la publicación de un poema sobre la necesidad de distanciarse de los republicanos. Borràs ha roto la unidad del independentismo y, aunque se considera hija del referéndum, ha enterrado el mantra del mandato del 1-O.