A Glovo se le acaba el tiempo para cambiar su modelo laboral. El último multazo de Inspección de Trabajo por emplear a falsos autónomos castiga el fraude en la compañía hasta el minuto antes de la aprobación de la ley rider.

Pero las sanciones seguirán y serán cada vez más cuantiosas, dado que ya no existe ninguna duda jurídica ni artimaña tecnológica capaz de eludir las obligaciones de la plataforma. Glovo debe rectificar y debe hacerlo ya para no convertirse en el campeón de las penalizaciones laborales en España.