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BBVA ha admitido ante un grupo de selectos inversores convocados por Bank of America que su cotización está castigada por una apuesta por Turquía que está muy lejos de los frutos esperados. La entidad presidida por Carlos Torres admite en su balance una notable devaluación de la inversión, pero el mercado le pide algo más: que ponga solución a una situación que provoca notables castigos bursátiles cada vez que se da alguna turbulencia en la economía otomana, algo cada vez más frecuente. La entidad considera que la penalización es excesiva. Pero los números parecen dar la razón a los inversores.