El Gobierno, de la mano de la ministra Raquel Sánchez, ha anunciado la remodelación y renovación de la estación ferroviaria barcelonesa de Sants aportando una inversión de 410 millones de euros, que permitirá aumentar su capacidad para acoger hasta 58 millones de pasajeros anuales.
El anuncio es positivo, pero la intención de que las obras finalicen antes de 2030 suponen un pronóstico tal vez demasido optimista si se tiene en cuenta que el proyecto de otra gran estación de la ciudad como La Sagrera lleva años estancado y que la inversión para mejorar la red de Rodalies de Renfe nunca llega.