No puede ser que día sí, y día también, la AP-7 se colapse al más mínimo accidente. Las situaciones caóticas en esta autopista, ya libre de peajes, que se han registrado durante este verano merecen más explicaciones por parte de los responsables de Tráfico. También de la Consejería de Territorio, que no acaba de rematar sus planes de futuro. Ha habido falta de previsión por parte del Gobierno, efectivamente, pero eso no exime de responsabilidad a la Generalitat, siempre ávida de traspasos y transferencias competenciales.