ERC ha tardado muchos años en darse cuenta de que la manifestación independentista que se celebra en la Diada es "excluyente" y "divide". Lamentablemente, ese descubrimiento tiene que ver con la división de los secesionistas, no con los catalanes que no son separatistas y que sistemáticamente han sido excluidos durante el procés.
Marta Vilalta, portavoz de los republicanos, reprocha ahora a la Assemblea Nacional Catalana (ANC) sus distinciones entre buenos y malos independentistas. Por eso, el presidente Pere Aragonès no acudirá a esa marcha. Hace bien en no darle alas a los radicales, pero llega un poco tarde.