La Comisión Europea intervendrá finalmente el mercado de la electricidad para evitar que las maniobras del gobierno de Vladímir Putin sigan encareciendo de forma insostenible el precio de la energía. La medida ha sido aplaudida pero, de nuevo, el Ejecutivo comunitario ha vuelto a demostrar su escasa agilidad en asuntos de calado y que sólo es capaz de reaccionar cuando el peligro --en este caso, la falta de suministro energético-- llama con fuerza a sus puertas.
Otro ejemplo es el interés que ahora parece prestar el Ejecutivo presidido por Ursula von der Leyen al proyecto del Midcat, cuando no hace mucho tiempo lo rechazó con el argumento de que su elevado coste no estaba justificado por las ventajas que ofrecía.