Anunciar nuevos proyectos legislativos tras una desgracia suele ser habitual en nuestro país, pero a lo largo de los años ha quedado claro que no es la mejor opción. El caso del atropello mortal de un grupo de ciclistas por parte de un conductor sin carné en Castellbisbal lo corrobora. Los responsables del Servei Català de Trànsit se han apresurado a anunciar que lanzarán un nuevo sistema de señalización de las vías para concienciar a los conductores que ya se advierte que será del todo inútil.
El deber de cualquier administración es reaccionar ante este tipo de desgracias, pero no lanzar un titular con un recorrido corto. Se debe abrir un debate en el que se escuchen todas las voces, la de asociaciones de ciclistas y de conductores también, y buscar una solución que sea efectiva. Eso lleva tiempo, pero es más efectivo para evitar que se repita un caso como el que ha conmocionado a la sociedad.