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La ley rider cumple un año con luces y sombras. La norma impulsada por la ministra Yolanda Díaz no ha logrado laboralizar a todos los repartidores, aunque ha sentado las bases para mejorar sus condiciones al considerarlos por defecto como trabajadores por cuenta ajena. Además, la ley ha tenido la virtud de pinchar la burbuja empresarial creada entorno a las plataformas digitales de delivery. Los riders piden ahora que la ley se mejore y, sobre todo, que se ejecute.