El último colapso de la AP-7 ha vuelto a poner en aprietos al director del Servei Català de Trànsit. Ante el caos circulatorio, Ramon Lamiel ha reaccionado rápidamente proponiendo topes de velocidad en distintos puntos de la autopista. Pero esto solo ayudará a disminuir la siniestralidad, que se ha disparado en el último año, sin atajar los embotellamientos que colapsan periódicamente la AP-7 tras el fin de los peajes. Hacen falta más medidas y mayor determinación.