
Mar Gispert, portavoz de Arran, durante una protesta / Cedida
Examen a los protagonistas
Marina Gispert
Arran ha terminado rota por la mitad, con una escisión y una fuga masiva de grupos radicales.
Los cachorros de la CUP no hacían presagiar nada bueno con un radicalismo vacío tolerado solo por la impunidad de la que gozaban. Como finalmente ha sido.