Las intervenciones incendiarias del secretario general de JxCat, Jordi Turull, en el congreso del partido de este fin de semana son sorprendentes. El exconvicto por participar en el intento de secesión unilateral de 2017 ha rechazado el diálogo con el Gobierno y ha hecho un llamamiento a reflotar el procés y "culminar" la independencia, enterrando de esta forma cualquier esperanza de que la formación nacionalista virase --aunque fuese levemente-- hacia la moderación tras la salida de Puigdemont su dirección.
Que a estas alturas, y tras el rotundo fracaso del procés, JxCat siga con el mismo discurso es decepcionante. Y lo peor de todo es que, en realidad, no se lo cree ni el propio Turull.