Acudir a hablar ante una comisión parlamentaria y dejarse los papeles en casa. La realidad supera siempre a la ficción, y aunque parezca una escena de película de Berlanga, eso es lo que ocurrió ayer mismo en el Parlament catalán. El protagonista de tan sonado despiste fue un alto cargo de la Generalitat: Fabián Mohedano, presidente de la Agencia Pública de Formación y Cualificación Profesionales de Cataluña, cuya comparecencia ante la Comisión de Educación para informar sobre la planificación de la oferta de ciclos de FP para el curso 2022-2023 tuvo que retrasarse por ese motivo.
Errar es humano, se dice desde tiempos de los romanos. Pero sería de agradecer que, desde una institución tan puntillosamente exigente respecto al Gobierno central como la Generalitat, se predicara un poco más con el ejemplo.