Telefónica comienza al fin a recoger los frutos de las múltiples operaciones que ha llevado a cabo en los últimos trimestres, y que han incluido una histórica fusión en Reino Unido, valorada en 6.000 millones de euros, y una reducción de deuda en el entorno de 9.000 millones de euros en tan sólo 12 meses. La compañía ha logrado recuperar su cotización previa al estallido de la pandemia, en cuyo complicado contexto, además, se han desarrollado éstas y otras operaciones como la progresiva reducción a la exposición a Latinoamérica.
Todas estas operaciones y su correspondiente reflejo en los resultados, frecuentemente aplaudidos por el mercado, aproximan a la operadora a los cinco primeros puestos del Ibex 35 por capitalización bursátil, un lugar natural para la compañía pero que hace ya un largo tiempo que ha perdido, hasta el punto de caer incluso por debajo del décimo puesto en plena pandemia.
La labor de José María Álvarez-Pallete al frente de la operadora ha sido una de las claves que explican el resurgimiento de un grupo que, además, no deja de apostar por desafíos de futuro, que en realidad ya son de presente, como el 5G y el metaverso, además de mantener la idea de potenciarse en los importantes mercados que componen su negocio core (además de España, Reino Unido, Alemania y Brasil). Inversores del fuste de Criteria Caixa han respaldado la labor del ejecutivo al incrementar sus posiciones en la compañía, con la idea de que aún le queda un notable recorrido al alza. El último aval ha sido el de Bank of America y su revisión al alza del precio objetivo.