La ministra de Sanidad, Carolina Darias, propone que el uso de las mascarillas en interiores deje de ser obligatorio después de la Semana Santa, salvo en el transporte público y en lugares con personas vulnerables (hospitales, residencias de mayores). Señal de que el Covid-19 da sus últimos coletazos o, al menos, su incidencia en adelante se espera que sea ínfima. Estamos a punto de vencer al virus tras algo más de dos años, que es el tiempo que acostumbran a durar las pandemias --como ocurrió, por ejemplo, con la mal llamada gripe española--.
La buena y solicitada noticia comunicada por Darias a las comunidades autónomas, sin embargo, no está exenta de esa sensación de que las decisiones que se han tomado para frenar la pandemia en estos dos años han llegado a trompicones y sin un criterio claro en muchas ocasiones. ¿Por qué quitar las mascarillas después de Semana Santa y no ahora? Si algo ha demostrado este virus es que no se pueden hacer previsiones a dos semanas vista. ¿Y por qué se anuncia justo cuando Sanidad ha dejado de desgranar los datos del Covid-19? Estos y otros interrogantes de estos meses seguirán sin resolverse, así que solo queda confiar en que esta vez todos acierten en sus predicciones y sus medidas.