ERC ha aprobado este domingo su hoja de ruta para conseguir la independencia de Cataluña. La formación liderada por Oriol Junqueras ha decidido reforzar su apuesta por "negociar" con el Gobierno, pero también advierte de que, si por esa vía no logra avances hacia la secesión, prevé alternativas como la "desobediencia política y social" y "acciones de desbordamiento democrático".
Parece mentira que, después de la que liaron el 1-O, los dirigentes del partido nacionalista --la ponencia política aprobada ha sido elaborada por uno de los condenados por el procés, Raül Romeva-- sigan espoleando a sus bases con ensoñaciones unilaterales para alcanzar sus objetivos. Deberían ir asumiendo que, si no son capaces de convencer al conjunto de los ciudadanos españoles de que faciliten un cambio constitucional que permita la independencia, esta no será posible. Todo lo demás solo servirá para generar frustración y deteriorar la convivencia entre catalanes.