Rafael Nadal ha vuelto a imponerse en un torneo de tenis, el celebrado en Acapulco; para el primer tenista de la historia en alcanzar 21 títulos de Grand Slam, la victoria en el abierto mexicano no deja de ser un triunfo más que añadir a un palmarés estratosférico (en el que, por cierto, ya había tres ediciones de este campeonato). Pero al margen de la insaciable sed de victoria, muy loable siempre en un deportista de elite, el tenista de Manacor redondea con esta victoria el que es el mejor inicio de temporada de su trayectoria profesional. Nada menos que 15 victorias consecutivas y sin conocer la derrota aún en 2022.
Desde luego, se trata de cifras más habituales en un deportista en pleno apogeo de su carrera que no en uno que, aunque no sea más que por puros criterios biológicos, se encuentra en la recta final de su singladura. Nadal está empezando su temporada número 19 como profesional. Ahí es nada: en el límite adonde muchos ni siquiera llegan, él se permite el lujo de batir récords.
Apenas hace un mes, Nadal emocionaba al mundo al lograr en Melbourne su vigesimoprimer Grande, tras una épica remontada en la final frente al durísimo Daniil Medvedev (al que ha vuelto a batir en México). El torneo de Acapulco pertenece a dos divisiones inferiores al Abierto de Australia en la categoría de campeonatos internacionales de tenis. Nadal demuestra que para quien sólo piensa en ganar, es lo de menos. Y como muestra de que el paso del tiempo (y de las varias y severas lesiones que ha padecido) no mella un ápice su ambición, el bonito y muy ilustrativo dato que deja su cuarta victoria en Acapulco: la primera vez que lo ganó, en 2004, se convirtió en el tenista más joven en lograrlo; este domingo, en 2022, ha sido el más veterano del palmarés.