Rachida, de 60 años, fue desahuciada sin previo aviso de su casa, situada en la calle Morera de Barcelona. Cuando llegó, un 31 de mayo de 2021, se encontró la puerta cerrada con cadenas y nunca más pudo entrar al que había sido su hogar durante más de 30 años.
Desde los servicios sociales del Ayuntamiento de Barcelona, concejalía liderada por Laura Pérez, le ofrecieron una alternativa habitacional temporal. Sin embargo, ésta ha resultado ser un lugar que no cumple las condiciones "dignas". La mujer denuncia que "malvive en un hostal donde los productos químicos que utilizan para limpiar le perjudican en su grave problema de asma", que sufre desde hace años. Lleva tiempo reclamando una reunión con el consistorio para que solucione su situación, pero le advierten de que podría tardar hasta tres años en conseguir una vivienda de alquiler social.