Foment del Treball, al igual que el resto de agentes sociales catalanes, ha criticado el alcance real del Pacto Nacional por la Industria (PNI) que pactó en su día con Jordi Baiget como consejero de Empresa, aunque lo firmó Santi Vila en su primer acto como responsable del Departamento. El problema real es que todo el trabajo que se realizó para definir qué necesitaba la industria catalana para garantizar su competitividad en un momento en el que se iniciaba la industria 4.0, además de valorar las inversiones y priorizar las partidas, quedó en papel mojado. El Govern solo ejecutó políticas de continuidad que se incorporaron en la estrategia, sin abordar las innovaciones.
La patronal presidida por Josep Sánchez Llibre ha identificado las prioridades del tejido productivo catalán y las ha defendido en la medida de sus posibilidades. Aplaudió que el nuevo titular de la consejería, Roger Torrent, asegurase que la renovación de PNI era una de sus prioridades. Con todo, ahora ve cómo la presión del calendario para firmar el nuevo documento y los recursos que la Generalitat piensa movilizar en este sentido solo llevan a que el republicano se garantice una photo opportunity. De nuevo, el pacto para impulsar la industria catalana va camino de terminar en papel mojado. ¿Es necesario prestarse a un proceso que solo tiene sentido si se contempla como parte de la campaña electoral permanente en Cataluña?