Banco Sabadell ha rechazado de plano una oferta por su filial británica TSB por un precio de 1.200 millones de euros, una circunstancia impensable hace apenas un año, cuando la entidad estaba dispuesta a deshacerse de lo que, por entonces, consideraba un lastre. Sin embargo, el banco con sede en Alicante se mantiene firme en defensa del plan estratégico diseñado por su consejero delegado, César González-Bueno, que empieza a dar sus frutos.
Por lo pronto, las buenas cifras que está reflejando TSB en sus cuentas, producto de adelantar los objetivos de su plan a tres años, hace que vuelva a tener mercado para una eventual desinversión, algo que ha sido acogido por los inversores de forma positiva. Sin embargo, González-Bueno enfrío la venta de TSB y ha insistido en diversas ocasiones en que el consejo de administración no contempla su venta.
Así como el movimiento se demuestra andando, la entidad ha hecho lo propio con el rechazo de una oferta cuyo precio no dista mucho de las valoraciones que de TSB hacía la banca de inversión cuando la entidad estaba en números rojos. Si la línea marcada por González-Bueno no incluye, por ahora, deshacerse de su filial británica, aun menos debe hacerlo a través de una oferta oportunista. Es la célebre creación de valor para el accionista que tanto se promulga entre los ejecutuvos de banca.