El Instituto Catalán de Finanzas (ICF) se enfrenta a la colosal tarea de recuperar el prestigio perdido por el episodio del aval a los encausados por el Tribunal de Cuentas por su papel en la internacionalización del procés en Cataluña. 

El consejero delegado del ente, Víctor Guardiola, debe imprimir perfil técnico a la financiera pública. Quedarse sin equipo legal no parece un paso en esta dirección.