El aspaviento público del vicepresidente del Govern, Jordi Puigneró, tras el anuncio de que el Gobierno suspendía la inversión para ampliar la tercera pista del aeropuerto de El Prat por la falta de apoyo de la Generalitat fue gesticular contra Madrid. Acusó al Ejecutivo de Pedro Sánchez de "deslealtad" y recordó el pacto que él mismo firmó para confirmar la operación. Con todo, también lanzó un dardo contra ERC y los titubeos e incongruencias incluso del presidente catalán, Pere Aragonès, que han dado lugar al desenlace actual.
Puigneró es consciente de lo que se pierde al no apoyar de forma unánime la ampliación de una infraestructura de esta relevancia, aunque sea con exigencias de protección medioambientales más allá de la Ricarda, una laguna privada. No son solo 1.700 millones y ganar rutas internacionales, también se trata del impacto laboral de una mejora de este calado.