El caso de los tocamientos a una menor que se investiga en el Monasterio de Poblet se une a la larga lista de abusos sexuales protagonizados por miembros de la iglesia católica que preocupan, ocupan y deberían preocupar y ocupar más a la institución para evitar que se repiten o que se tapen los ocurridos hasta la fecha.
Con todo, se debe reconocer la rapidez de la abadía en aplicar el protocolo canónico y apartar al clérigo acusado de la vida pública en el momento en el que ha transcendido la investigación. También que el abad Octavi Vilà haya dado la cara y haya hablado al poco de que se conocieran los hechos. El religioso acusado ha aceptado los tocamientos a la menor ante el juez, ahora es el momento de pedir perdón y de la reparación.