Que los barrios más pobres de Girona sufran constantes cortes de luz no es culpa solo de Endesa, aunque algunas voces del ayuntamiento de la capital provincial así lo indiquen. Mantener el servicio con una red antigua y que sufre pinchazos, además de sobrecargas por actividades ilícitas como el cultivo de marihuana, supone todo un reto. Con todo, ya hace demasiados meses que la problemática se arrastra. La compañía debe garantizar que los que pagan por un servicio lo reciben de forma adecuada.