El aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona-El Prat recupera tráfico tras un 2020 con el casillero casi a cero por el impacto de la pandemia del coronavirus a partir de marzo. 

La vuelta a la actividad de la instalación aérea es una buena noticia para la economía, pero tiene un matiz. Las tres pistas de la Ciudad Condal son el segundo mayor aeropuerto de España en tráfico low cost, cuando la urbe está tratando de captar turismo de más nivel.