El Govern catalán es incongruente en la gestión de la quinta ola de coronavirus. Ha reclamado en dos ocasiones que es básico endurecer las condiciones epidemiológicas para aplicar el toque de queda y ha arremetido contra los magistrados del TSJC por rechazar sus pretensiones. Pero ahora, cuando no han pasado ni 48 horas entre el último varapalo judicial, renuncia a aplicar las restricciones nocturnas incluso en los 19 municipios donde había recibido el aval de los tribunales.