El acuerdo entre LaLiga y CVC, que inyectará más de 2.000 millones de euros al fútbol profesional español, muy castigado por el impacto de la pandemia, es sin duda una iniciativa loable que cuenta con el presidente del organismo que reúne a los clubes, Javier Tebas, como principal valedor. Sin embargo, no deja de sorprender que una maniobra tan relevante, "histórica" como la ha calificado el propio ejecutivo, no haya llevado consigo una mayor labor de consenso, hasta el punto de que los dos miembros más relevantes, FC Barcelona y Real Madrid, se han descolgado del pacto. E incluso este último ha iniciado acciones penales contra Tebas y el fondo.
El propio presidente de LaLiga ha admitido que algunos miembros contaban con información sobre el acuerdo antes que otros por su propia decisión personal y que, en el caso del Real Madrid, sólo se le comunicó cuando correspondía formalmente, una postura que Tebas justificó con que "no voy a avanzarle el acuerdo a alguien que quiere romper LaLiga y que se iba a dedicar a torpedearlo". Pocos dudan de las buenas intenciones pero, con esta actitud, el resultado final ha sido que uno de los pasos más relevantes del fútbol español en su historia reciente no cuenta con el apoyo los dos grandes, lo que no redunda en proyectar la mejor de las imágenes posibles.