El concejal de Emergencia Climática y presidente de Cementiris de Barcelona, Eloi Badia, deberá explicar muy bien por qué ha desahuciado 300 sepulturas sin permiso de las familias. El argumento de que éstas no respondieron es débil.
No en vano, cabe recordar que el Ayuntamiento de Barcelona ya tuvo que corregir la ordenanza de cementerios por este asunto el pasado mandato, tras críticas de la Síndica por, precisamente, los desahucios de tumbas sin garantías. Con ese caso, y el del derrumbe de un bloque entero de sepulturas en 2017 en la retina, desalojar 300 nichos porque estorban para un proyecto de Cementiris no parece ser una apuesta sensata.