El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ha vuelto a hacer un ejercicio de responsabilidad al instar al Gobierno a emprender cuanto antes las reformas estructurales que la economía española viene reclamando incluso desde antes de la crisis del coronavirus, con el fin de solventar males endémicos como la baja productividad y un mercado laboral demasiado rígido.
Lejos de conformarse con pintar un panorama de optimismo con la mejora de las previsiones de crecimiento, el responsable del organismo regulador ha pedido a Moncloa que no se deje deslumbrar por las cifras macro que se van a ver en los próximos trimestres y no cometa el error de pensar que las reformas ya no son necesarias. Buena parte de la recuperación se basa en la política expansiva del BCE y en los fondos europeos, circunstancias ambas coyunturales y que no permanecerán durante mucho más tiempo.
En momentos complejos como los actuales y con la elevada polarización que se vive en España, siempre es de agradecer una voz sensata y que guíe con argumentos un camino que haga de la economía un elemento mucho más resistente a la próxima crisis.