El primer teniente de alcalde de Barcelona, Jaume Collboni (PSC), dio ayer finalmente un golpe sobre la mesa al desmarcarse del veto de sus socios de gobierno al Museo Hermitage en Barcelona. 

El también concejal socialista, y el resto del grupo, trataron de retener así una inversión de 50 millones y cerca de 400 empleos entre directos e indirectos para Barcelona, cuando la Ciudad Condal más necesita la reactivación económica. Un gesto necesario.