Las diferencias de Pere Aragonès con su antecesor, Quim Torra, son evidentes. Nadie duda de que el nuevo Govern tendrá un perfil más pragmático que el anterior, como ha dejado claro el president en su entrevista en TV3. Sin embargo, la insistencia de Aragonès en reivindicar la amnistía y la autodeteminación es tan cansina como las salidas de tono de Torra que protagonizaron su mandato. Una posición que, sobre todo, denota complejos respecto a Junts per Catalunya (JxCat), donde el sector duro permanece agazapado a la espera de encontrar el momento de rearmarse.

Responder con más reivindicación identitaria al apoyo de los indultos de Pedro Sánchez forma parte del postureo político, comprensible, pero que provoca hartazgo.