Cuidado que nos inhabilitan
En este mundo hay gente que se las apaña para echar su vida a los cerdos más de una vez, dependiendo de la fase de la existencia que atraviesan. Pienso en aquel miembro de la banda Baader Meinhof, cuyo nombre no recuerdo, que acabó militando en un partido neonazi. O en Pío Moa, que de joven fue del GRAPO y de mayor se hizo franquista (cuando Franco llevaba años muerto). O en Jorge Verstrynge, que en la universidad era de la banda de la porra, luego pasó por el PP y el PSOE y ha acabado en lo que él cree que es la extrema izquierda. O, sin ir más lejos, en nuestro Jaume Alonso-Cuevillas, que en la facultad se llamaba Jaime, iba por ahí con una pulserita con la bandera española y no se apuntó a la banda de la porra porque siendo de natural bajito y algo canijo, poco futuro podía tener como stormtrooper fascista. Hace un tiempo, mientras languidecía su carrera de abogado, Jaime se convirtió en Jaume, se hizo amigo de Puchi y se apuntó al separatismo, lo cual redundó de manera positiva en su cuenta corriente y en su popularidad. Ahora ocupa un asiento en la mesa del parlamentillo y está a punto de caer en desgracia en el mundo lazi por decir que más vale no liarla con mociones de esas que se te vuelven en contra y pueden acabar llevándote a la inhabilitación. Ya saben, iniciativas antimonárquicas, desvaríos unilaterales y cosas así. Parece que nuestro hombre ya no tiene tanta prisa en alcanzar la independencia, sobre todo si por el camino me lo inhabilitan para cargo público y me lo obligan a volver a ejercer de abogado, donde las cosas no le iban precisamente como para tirar cohetes. Como los chiflados citados en el primer párrafo, nuestro Jaume (antes Jaime) hizo el burro de joven con la extrema derecha y lo ha vuelto a hacer de mayor con los independentistas, pero, a diferencia de sus compadres más radicales, el hombre ha visto que esto de la política tiene más futuro que el Derecho si no sacas demasiado los pies del plato (el siempre iracundo Costa ya le ha dicho que, si no está por lo que hay que estar, le ceda su silla a otro).
De facha a indepe y de indepe a indepe pero menos o indepe dentro de un orden: he aquí el brillante recorrido político de nuestro hombre. Reconozco que su actitud me ha sorprendido, pues lo tenía por un sicofante de Puchi incapaz de alejarse ni un metro de la línea oficial establecida por el cansino de Waterloo, pero tampoco vi venir la conversión del sapastre de López Tena en azote de procesistas, motivo por el que ha dejado de aparecer en la prensa lazi online que tanto festejó en su momento lo de que Espanya ens roba. ¿Estaremos ante un nuevo cambio de rumbo del señor Alonso-Cuevillas? Como siga en ese plan, el cambio de rumbo va a ser obligado, pues en Can Puchi no están para tibiezas de ningún tipo. Veremos si da marcha atrás y le sale el ardor guerrero o si persiste en su, por otra parte, lógica preocupación de perder el chollo de la política indepe dentro de un orden (igual estamos ante un nuevo converso al separatismo constitucional: ¡habrá que erigirle una estatua al visionario Nuet!). De momento, ha conseguido que se le reboten unos cuantos en Junts x Cat y ejercer de verso suelto. A ver cómo evoluciona la situación.