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El plantón dado por Pere Aragonès y por el Govern en su conjunto a la visita del Rey del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a la fábrica de Seat en Martorell es una muy mala noticia y no augura nada bueno para el futuro de Cataluña.
En un momento en el que la principal preocupación de la Administración --además de combatir la pandemida de coronavirus-- debe ser la reactivación económica, todos deben remar unidos para promover las iniciativas empresariales. Es insólito que dirigentes políticos pongan trabas a los proyectos de inversión por motivos ideológicos.