La petición del presidente del Colegio de Médicos de Barcelona, Jaume Padrós, a la Consejería de Salud para que desobedezca el criterio establecido por el Ministerio de Sanidad --que apela al "principio de prudencia"-- y suministre la vacuna de AstraZeneca contra el coronavirus a los mayores de 55 años no es aceptable.
No hay duda de que la defensa de Padrós de inocular a todos los grupos de edad con ese antídoto responde a argumentos médicos --aunque hay un debate científico abierto en torno a esta cuestión--, pero no es razonable que una persona de su cargo y relevancia haga un llamamiento al desacato de las normativas por estar en desacuerdo con ellas.