Pere Aragonès debería tener claro ya qué tipo de gobierno quiere presidir. La cuenta atrás para asistir a su investidura ha comenzado y, de momento, solo sabemos que el republicano rinde pleitesía a la CUP, pero confía en pactar con los neoliberales de Junts per Catalunya. Que apoya a los Mossos, pero también quiere reformar el modelo policial. Que presenta como credenciales su gestión económica, pero se aleja de los empresarios que hoy se concentrarán para pedir precisamente eso: más concreción, rigor, estabilidad y reconstrucción.